A Dios, por permitir ser como soy y darme siempre todo lo que necesito, a mi Arcángel San Gabriel, a m. Àngels, a la Sra. Pepita, i todos los Guerreros de Luz, que siempre están conmigo.
A mis abuelos María, no la llegué a conocer, Quico, te fuiste pronto, te conocí poco, Ramiro, si la habías hecho, su mirada te hacía temblar, y yo siempre la hacía, a la vez era bondadoso y protector, como no, gracias iaia María, qué nieto podría apedrear a su abuela?, qué nieto podría dar patadas en la espinilla a su abuela?, qué niño se podría escapar del cobijo familiar?, un rebelde!, así era yo, asalvajado, supongo que por las circunstancias y el lugar acabó de contribuir, como no, Fulleda, hasta los ocho años, era mi manera de protestar.
Perdoneu-me iaia i gràcies per tot el que em vareu donar i em seguiu donant.
A mis padres que tan bien me han sabido comprender, sin reparos, siempre han estado a mi lado, y os puedo asegurar, que en ningún momento he sido fácil, ni como niño, adolescente o adulto.
A Isabel, novia, compañera, amiga, esposa, madre, excelente madre de nuestros hijos que siempre y en todo momento me ha apoyado.
A mis hijos, Edgar, Sandra, Joel, ellos me han enseñado tantas y tantas cosas, al principio parecía que tenía que ser al revés, pues no.
Gracias a toda mi familia, tan especial, gracias a todas las personas que en algún momento se han cruzado en mi camino porque de una manera u otra han influido en que yo sea de esta manera y no de otra.
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