HOMBRE JOVEN EN BAR DE SITGES
Me sitúo, el día 31 de Diciembre de 2013 fuimos a celebrar el fin de año en Sitges. Se trataba de una pequeña fiesta entre amigos en un bar de la familia, aunque el local se hallaba abierto al público en general.
Estuvimos comiendo y bebiendo de una manera agradable y tranquila. La comida era variada, pues cada uno llevaba alguna cosa.
De los que asistimos no nos conocíamos todos. Había una mezcla de personas muy particular; amigos de amigos brasileños, unos hermanos panameños, que ella vivía en Bruselas y él en Madrid, etc. Bien, estuvimos charlando hasta la madrugada.
Serían las 2 de la madrugada, cuando en un momento dado que yo estaba fuera del local, salió mi hijo corriendo, estaba muy alarmado. Dentro no había cobertura telefónica y se disponía a llamar al 112, pues el chico panameño había perdido el conocimiento. Me dijo; papá, hay una persona que está muy mal, estaba hablando con él, estaba sentado en frente y se iba como estirando en el sillón.
Entré en el local y vi que las personas que habían visto la situación estaban muy alteradas, el joven de unos 35 o 40 años estaba totalmente rígido y convulsionando. Tomé la iniciativa de una manera totalmente intuitiva. Le cogí la mano y la otra se la puse en la frente, yo mirando hacia arriba con los ojos cerrados. Mis pensamientos son de recibir un haz de luz, que me entra por la coronilla, pasa a través mío y me sale por las manos. En pocos segundos, dejó de convulsionar y unos instantes después abrió los ojos. Estaba totalmente empapado en sudor, pero muy tranquilo, sin saber qué le había pasado.
Parecía que todo había vuelto a la normalidad, no había explicación a lo sucedido. Tres farmacéuticos en la sala y no sabían a qué se podía deber. Ya viendo que todo estaba bajo control y no había ido a mayores, decidimos cancelar la llamada de emergencia, eso sí sugiriéndole que lo reconociera un médico lo antes posible.
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